Lo visto en el post precedente nos lleva a la pregunta ¿qué tipo de banjo fue introducido inicialmente en Irlanda? O, dicho de otra manera, ¿qué banjo llego primero a Irlanda?
Lo más probable es que fuese el banjo de cinco cuerdas de los juglares y no la variedad anterior de 3 o 4 cuerdas, que era lo común en las plantaciones. Esto está respaldado por un boceto de finales del siglo XIX en el que aparecen los “Captain Francis O’Neill’s Irish Minstrels and Musicians”. Compuestos por el gaitero Dick Stephenson y el banjista John Dunne, donde se pueden ver claramente visibles la quinta cuerda y la clavija del banjo de Dunne.
Evolución del banjo
Para entonces, el banjo había sufrido varias transformaciones de naturaleza tecnológica. En lugar de pegar el parche de piel directamente al aro de madera o al cuerpo de la calabaza, se agregó una delgada banda de metal que se colocó en la parte superior del borde de madera sobre el parche por medio de ganchos y tuercas que se sujetaron alrededor del lateral del cuerpo. La tensión del parche se pudo finalmente ajustar. Esto supuso, sin duda, una gran mejora de las características del instrumento. Este tomó una gran versatilidad a la hora de personalizar el sonido o la textura al tocarlo (tanto en cuanto a la tensión como a la resonancia y otras características). Las cuerdas de tripa hechas en fábrica reemplazaron a las viejas cuerdas caseras. Se utilizaron aros de madera redondos en lugar de calabazas huecas, lo que le profirió al instrumento una mayor durabilidad.

Los artesanos que se dedican a la construcción de banjos son, como se puede imaginar, muy escasos y preciados. Hoy en día la mayoría de instrumentos salen de fábrica y el banjo se puede personalizar hasta el límite. Hasta tal punto que se podría decir que no hay dos banjos iguales. Obviamente, si salen de fabrica serán iguales o muy similares.